Una mediocridad estridente, chillante, fosfo-fosfo; plagada de ocurrencias, pero, sobre todo, una completa ausencia de ideas. Las pasadas campañas electorales son la culminación de una terrible caída al vacío de la vida democrática nacional, en donde lo único que importa es el volumen del perifoneo para captar la atención de los electores acostumbrados al neón resplandeciente de la novedad. La fiesta democrática devenida en una borrachera de pesadilla.
Al momento de escribir la presente no hay aún resultados, pero todo apunta a que Morena será el gran ganador de la jornada. La 4T logrará mantener en la Cámara de Diputados una mayoría, sino absoluta, sí muy arriba de sus competidores. La cuestión será saber qué tan caro le venderán su apoyo los pocos partidos satélites que logren el tan ansiado 3 por ciento.
¿De qué se trató esta jornada electoral? Básicamente de dos antagonismos: por un lado, quienes buscan restarle poder al presidente de la República; y, por otro lado, aquellos que ven en la figura de Andrés Manuel el camino para un cambio en el devenir de la nación. Tan equivocados los unos, como los otros.
Las elecciones, por lo menos a nivel federal, se trataron de Andrés Manuel (en los estados que disputan gobernador la historia es otra). El mandatario, quien sin estar en la boleta está, sigue siendo el común denominador de las campañas, tanto a favor de su proyecto, como en contra. Siendo un gran comunicador, como lo es, logró encasillar las elecciones en su persona.
López Obrador logró meter a todos en un debate simplista: o yo, o los otros. Debate que le conviene, dado que su popularidad es mayúscula, y la oposición (si es que la coalición “Va por México” puede denominarse como tal) muerde el anzuelo, pelea sin argumentos, sin ideas y centrando su comunicación en una vieja y gastada tesis: “el peligro que representa AMLO”. Alejandro Moreno del PRI, ensuciado hasta el cuello de acusaciones de corrupción, está imposibilitado para debatir con “la moral” de López; el PAN carente de brújula lanza cuchillos sin filo y desempolva “al jefe Diego”.
En medio de todo, las ocurrentes campañas de “marketing político” basadas en la estridencia, la notoriedad frívola de personajes llamativos para atraer al vulgo desinformado y llenar espacios en un congreso sobrepoblado y desprovisto de sustancia, en el que el trabajo fino se teje en las esferas del poder, muy lejos del interés genuino de la ciudadanía.
Pequod
El pronóstico derivado de los ejercicios digitales creados por MGT Agencia visualiza una votación para diputados federales del 42% en favor de MORENA; 17.9% para el PAN; 14.9% para el PRI; 4.2% para MC. Se verá.
*Cofundador de MGT Agencia, consultor y analista en temas de comunicación.
Leave a comment