Como ya se le acaba el veinte, el presidente totalmente palaciego ha decidido asumir un papel de “buena ondita” y acepta, sin precisar, haber tenido fallas y cometido errores durante su mandato. En tanto, afloran las “malas onditas” en los preparativos para iniciar el segundo piso de la transformación-regresión.
Así como no queriendo, poco a poco, avanza la desaparición de derechos y libertades de los mexicanos, sin necesidad de reformas a la Constitución, al menos por el momento.
Para muestra un botón: la virtual presidenta, Claudia Sheinbaum adelantó la integración de la Fiscalía General de la República a las reuniones diarias del gabinete de seguridad, cuyo titular, Alejandro Gertz Manero, tendría voz y, seguramente, voto y veto en la definición de estrategias.
La participación de la FGR en tales reuniones -una prolongación de la línea marcada por el mandatario saliente-, sumada a la permanencia de la prisión preventiva oficiosa y a las reformas recién aprobadas en materia de amnistía y amparo, configuran un entramado peligrosísimo para derechos y libertades de los mexicanos.
Los magros resultados de esta madrugadora táctica se manifiestan en el control de entre una tercera y la mitad del territorio nacional por parte del crimen organizado y las decenas de miles de tumbas -190 mil y contando- por homicidio doloso y los más de 50 mil desaparecidos, tan sólo en este sexenio.
Por tal motivo, puede anticiparse que la conjunción de todos estos elementos, difícilmente se traducirá en una reducción significativa en cuanto al actuar de la delincuencia organizada, tanto en materia de homicidios dolosos, extorsión, tráfico de drogas y personas, cobro de derecho de piso, dada la preponderancia adquirida en los años recientes.
En cambio, se conformaría un cuerpo de élite que con toda esta concentración de información y poder de decisión, mecanismos a través de los cuales se podría emular una versión región 4T de la Gestapo, o su equivalente ruso. Con ello, adversarios, opositores, periodistas, líderes sociales y críticos del régimen correrían severos riesgos: primero encarcelo y después viriguo.
Sin la conformación de este mecanismo fascistoide, durante el pasado proceso electoral fueron asesinados 36 políticos, ya fuese como candidatos oficiales, de partido o aspirantes. Ahora, imagínense qué puede suceder, contando ya con nuevos instrumentos legales y la ayuda del crimen organizado.
Al quitarle el carácter progresivo a la Ley de Amparo, el próximo gobierno puede violentar los derechos de los ciudadanos en forma amplia, pero los obliga a defenderse individualmente y si, además, resta y difumina las tareas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los mexicanos quedaríamos indefensos ante los actos o caprichos gubernamentales.
Así, despacito, casi sin darnos cuenta se van acumulando las disposiciones legales o administrativas mediante las cuales los mexicanos quedamos en minusvalía o en indefensión ante el cuatroteísmo.
El comportamiento “buena ondita” del presidente totalmente Palacio Nacional no debe distraernos de las ocultas intenciones autoritarias que trae consigo la continuidad. El segundo piso más bien parece una lápida sobre las espaldas de los mexicanos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El mejor retrato de cómo rencores, venganzas y caprichos no son buenos instrumentos para una buena gobernanza, es la Megafarmacia. A pesar de la austeridad republicana y la no corrupción, salió carísima, no tiene lo que se necesita y nadie cree en ella.
@Edumermo