En las postrimerías de la actual administración palaciega, las caídas de todo tipo se precipitan. Unos del cielo, otros de la nube de donde andaba y otros más al precipicio de la ignominia.
En tanto, el saliente habitante del palacete virreinal, cuando no pestañea -o coyotea- en las reuniones del gabinete de seguridad, entona su canción favorita: “si te vienen a contar cositas malas de mí, manda a todos a volar y diles que yo no fui”.
Para él , todos los males son culpa del pasado, del antepasado y de los otros, los diferentes a los androides o zombies cuatroteístas.
Entre los casos más recientes de los arrojados del edén, se encuentran Ismael Zambada y Joaquín Guzmán López, cuyo descenso en territorio estadounidense es tan inverosímil como la austeridad republicana.
El supuesto desconocimiento absoluto del mandatario totalmente Palacio Nacional sobre la “caída del cielo” de los dos cabecillas del Cártel de Sinaloa para ser juzgados en EU, es el equivalente al dicho: “como anillo al dedo” respecto de la pandemia.
En ambas circunstancias lo que se busca es expiar culpas y, si es posible, obtener rendimientos políticos y de impunidad antes de irse a “La Chingada”.
La oferta delincuencial y los mercados del crimen organizado también han registrado un notable descenso, pero de carácter geográfico y ya trabajan en su propio “nearshoring” o relocalización de sus procesos productivos.
La puesta en operación de los trenes Maya e Interoceánico, corre paralela a la mayor presencia o incidencia de las principales organizaciones criminales de México en la región sureste del país, a fin de aprovechar las ventajas de estas vías y la mano de obra barata de la zona.
La situación de inseguridad en Chiapas es muestra palpable de que el proyecto ferroviario del actual y futuro gobiernos cuatroteístas pueden convertir en infierno para los habitantes de las entidades que supuestamente se beneficiarían de dicho esquema.
Si “los tiempos del señor son perfectos” -Adán Augusto, dixit-, por lo cual haiga sido como haiga sido, esperemos no haya ningún requiebro electoral para que la voluntad de los electores no sea objeto de desigualdad e injusticia.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La caída de la nube en que andaba el peso fortachón frente al dólar, a niveles no vistos desde 2022, es un síntoma de las dificultades que tendrá el segundo piso de Claudia Sheinbaum.
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