Según fuentes de inteligencia militar y exoficiales de rango medio consultados por Proceso, los principales cárteles mexicanos del narcotráfico están incorporando a sus filas a «decenas» de exmilitares colombianos con experiencia en guerra irregular, con el objetivo de mejorar las «capacidades tácticas» de sus estructuras armadas.
Estos exmilitares, en su mayoría con entrenamiento de comandos, están siendo reclutados para conformar unidades de élite dentro de los cárteles, con el propósito de actuar con «mayor fuerza letal» frente a grupos enemigos en diferentes regiones de México.
Entre los exintegrantes del Ejército colombiano que están siendo contratados por las organizaciones del narcotráfico se incluyen francotiradores, instructores de fuerzas especiales, comandos de operaciones urbanas, guías caninos, enfermeros, explosivistas y pilotos de drones.
Se destaca que la mayoría de estos exmilitares son personas retiradas, de alrededor de 40 años de edad, con más de 20 años de servicio militar, y cuentan con una amplia experiencia en combates contra grupos armados irregulares, como guerrillas y estructuras del narcotráfico.
Una de las fuentes consultadas señaló que los narcotraficantes mexicanos buscan reclutar a personal militar con capacidades diferenciadas debido a los buenos resultados que han obtenido en sus guerras por el control de territorios. Además, el reclutamiento de estos exmilitares les proporciona tanto combatientes altamente capacitados como instructores para su propio personal.
Varias fuentes coinciden en que los cárteles mexicanos que más exmilitares colombianos han reclutado incluyen al Cártel de Sinaloa (CDS), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.
