En sus primeros días como presidenta de México, Claudia Sheinbaum ha dedicado gran parte de su atención a asegurar a empresarios nacionales e internacionales que sus inversiones estarán protegidas bajo su administración. Prometiendo una política fiscal «responsable» y certidumbre jurídica, Sheinbaum busca impulsar la confianza en la economía mexicana en medio de un escenario marcado por la reciente reforma al Poder Judicial y la amplia mayoría de Morena en el Congreso.
Durante su toma de protesta, Sheinbaum subrayó su compromiso con el Estado de derecho, un punto clave que el sector privado ha señalado como esencial para seguir invirtiendo en el país, especialmente en proyectos de expansión y nearshoring. Además, destacó que su gobierno mantendrá una proporción razonable entre deuda y Producto Interno Bruto (PIB), buscando un equilibrio fiscal que favorezca tanto la inversión pública como privada.
Inversiones millonarias en México
La respuesta del sector empresarial no se hizo esperar. Desde el día posterior a las elecciones del 2 de junio, Francisco Cervantes Díaz, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), anunció que empresas nacionales e internacionales están listas para realizar inversiones por más de 42 mil millones de pesos durante el mandato de Sheinbaum.
Entre las compañías que han confirmado su compromiso están Iberdrola, FEMSA y Mexico Pacific, que han delineado ambiciosos planes de inversión en México. Por ejemplo, Femsa, dueña de las tiendas Oxxo y de la mayor embotelladora de Coca-Cola en el mundo, tiene prevista una inversión de 9 mil millones de dólares en diversas áreas del país. Asimismo, Mexico Pacific, una empresa enfocada en la exportación de gas natural licuado, anunció que invertirá 15 mil millones de dólares en el norte de México en los próximos dos o tres años.
Certidumbre para el futuro
Sheinbaum ha hecho hincapié en que los proyectos de inversión contarán con el respaldo del gobierno, tanto a nivel fiscal como en términos de infraestructura y normatividad. Su administración, según ha mencionado, continuará con la política de fortalecimiento del mercado interno, una de las estrategias clave del gobierno anterior.
Por su parte, el sector empresarial se muestra optimista. “Hay tranquilidad en el sector, claro que hay retos, pero también muchas oportunidades”, señaló Cervantes Díaz, al tiempo que destacó que el 80% del PIB en México proviene de las inversiones privadas, un sector que se ha mostrado dispuesto a trabajar de la mano con el nuevo gobierno.
Con este respaldo y el optimismo de inversionistas, la presidencia de Claudia Sheinbaum arranca con expectativas altas, no solo para mantener la estabilidad económica, sino para seguir posicionando a México como un destino clave para las inversiones internacionales.
