El Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma constitucional que establece límites más estrictos al aumento de las rentas y promueve la vivienda asequible en la capital. Con 50 votos a favor, se aprobaron en lo general y particular las modificaciones al Código Civil y a la Ley de Vivienda, asegurando que el incremento anual en las rentas no supere la inflación reportada por el Banco de México.
La reforma también introduce un registro digital obligatorio para todos los contratos de arrendamiento en la Ciudad de México. Este registro, que deberá realizarse en un plazo no mayor a 30 días después de la firma del contrato, estará a cargo del Gobierno capitalino y busca aumentar la transparencia en el mercado de alquileres.
Además de regular los aumentos de renta, la reforma impulsa la producción de vivienda pública asequible destinada a personas con menores ingresos. La administración de la Ciudad de México será responsable de construir estas viviendas, utilizando recursos públicos para garantizar que sectores vulnerables como trabajadores, madres solteras, y jóvenes de entre 18 y 35 años puedan acceder a un hogar digno.
Durante la discusión, Octavio Rivero, presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, destacó la relevancia de estas reformas propuestas por el jefe de Gobierno, Martí Batres, señalando que abordan un problema de larga data en la ciudad que hasta ahora no había sido resuelto. Rivero subrayó que «la vivienda digna es un derecho constitucional, no un privilegio.»
Por su parte, el diputado Víctor Hugo Lobo resaltó que el 24% de los capitalinos viven en alquiler, lo que hace crucial esta reforma. Mónica Fernández, del mismo partido, insistió en que las rentas deben estar alineadas con los ingresos de los ciudadanos para evitar el desplazamiento de comunidades vulnerables.
No obstante, no todos los legisladores se mostraron plenamente satisfechos con la reforma. Royfid Torres, de Movimiento Ciudadano, calificó la iniciativa como un «paliativo» y pidió un compromiso más profundo para abordar el problema de la vivienda desde sus raíces. De manera similar, Frida Guillén, del PAN, consideró la reforma como una victoria parcial, señalando que aún queda un largo camino por recorrer para asegurar el derecho a la vivienda para todos los jóvenes.
Gabriela Salido, también del PAN, fue más crítica, describiendo las reformas como «cosméticas» y afirmando que la actual Legislatura no cumplió con las expectativas en materia de vivienda. «Nos seguimos quedando cortos. Los capitalinos merecen mucho más de lo que hemos logrado en este Congreso», concluyó.
Finalmente, se presentaron cuatro reservas al dictamen, de las cuales dos fueron aprobadas con modificaciones de forma. La reforma ahora avanza como un esfuerzo para frenar la especulación inmobiliaria y garantizar que más personas puedan acceder a una vivienda adecuada en la Ciudad de México.