Una vez ya con los resultados computados de casi el 100% de las actas de la Consulta Popular 2021, hoy escucharemos a los actores políticos decir de todo. Los voceros, los empleados de la autodenominada Cuarta Trasformación, los apoyadores a ciegas de AMLO defenderán, a capa y espada, las posiciones que asuma su líder máximo. Lo mismo, pero en contra, oiremos de los adversarios del régimen lopezobradorista.
A los ciudadanos que no tenemos militancia política, ni conservadora, ni morenista, ni fifí, ni lo que le llaman progresista (mexicanizada expresión para denominar un deslucido pensamiento igualitario de izquierda), pero que sí contamos con raciocinio, libertad de pensamiento, que no vendemos por programas asistenciales, y que no nos creemos ya los discursos demagógicos ni de derecha ni de la izquierda, pelearnos por quién tiene la razón no nos servirá de nada, todo lo contrario. Eso sólo atiza más el divisionismo, el encono y el odio que no deberían existir entre mexicanos, trampa política que puso López Obrador para beneficio de su proyecto personal, en la que cayeron millones de personas, incluidos, claro, sus adversarios.
Por eso, en lugar de aventurar conclusiones y espetar acusaciones, le propongo que nos planteemos algunas preguntas e hipótesis. Analicemos la información al respecto y usted valore, forme su propia opinión sobre la consulta del día de ayer, sus resultados y lo que significa en realidad para nosotros, el conjunto de los mexicanos, y no sólo para los grupos que se disputan el poder político y económico, sean de izquierdas o de derechas.
Primero, los números. Quinientos 22 millones de pesos, que se obtuvieron de ahorros procurados por el INE. Cincuenta y 7 mil mesas receptoras de papeletas, alrededor de 296 mil ciudadanos que se desempeñaron como funcionarios, instructores o asistentes, 40 mil observadores acreditados, 14 spots que fueron transmitidos en 1,394 estaciones de TV y 2,105 estaciones de radio, 97 inserciones pagadas en medios impresos nacionales y estatales, 1,432 espacios públicos de publicidad exterior, 26 parabuses, 5,295 impresos de publicidad alternativa (como mantas, bardas, carteles y lonas), casi 700 mil impresiones pagadas en pauta de redes sociales, 3 jornadas de diálogo nacionales, 32 estatales y 300 distritales.
Con el 98 por ciento de las actas contabilizadas, poco más de 6 millones 608 mil ciudadanos que habrían expresado su opinión, que representan el 7% de un total de 93.6 millones registrados en la lista nominal de electores. Es un hecho, una vez remitidos los resultados a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que ésta declarará que no proceden efectos constitucionales, a pesar de que el 97% haya contestado que sí a la pregunta, puesto que la ley establece un umbral del 40% de participación del total registrado, para que sea vinculante, es decir, obligatorio, el cumplimiento del resultado de la voluntad popular expresada en las urnas.
Ahora, las preguntas para cuyas respuestas mañana deslizaremos algunas hipótesis, en función de lo que hoy escuchemos de los actores políticos: ¿La consulta fue un éxito o un fracaso? ¿Un éxito para quién y un fracaso para quién o para qué? ¿Se trató de un teatro demagógico para beneficio del régimen o sí deja un beneficio para el pueblo mexicano y su democracia, en qué y hasta donde en cada caso? Y finalmente, ya se llevó a cabo la consulta ¿ahora qué sigue?
Y para iniciados
Por lo pronto, la primera reflexión que se me vino a la mente fue sobre la posición del presidente López Obrador. Él, al inicio de su mandato, se manifestó en contra de enjuiciar a los expresidentes. Dijo que la venganza no es su fuerte. Parecía pretender un “borrón y cuenta nueva”. Después fue él mismo quien propuso la realización de la consulta, propuso una pregunta en la que se cuestionaba al pueblo si estaba de acuerdo con que los expresidentes fueran investigados y juzgados. La pregunta fue modificada por la Suprema Corte, pero el espíritu de la consulta fue el mismo, con todo y la ambigüedad en que terminó. ¿Será que con esto AMLO tendrá ya justificación para no investigar a los expresidentes y dar carpetazo a ese tema, o seguirá con el dedo en el renglón a pesar de no haberse obtenido un resultado constitucionalmente vinculante? Ojalá que alguien se lo pregunte en la mañanera a ver qué responde.
Excelente inicio de semana.
La información es PODER!!!