Por: El Gallegoso
Borricos, pero muy soberanos. Es así como la nueva política educativa quiere a los pequeños mexicanos.
Mientras los funcionarios del gobierno federal juegan a combatir el capitalismo y el colonialismo eurocentrista con sus epistemologías del sur, los senadores de oposición ya circularon un formato de amparo para que cada quien desde su casa combata la distribución de esos libros de texto de la SEP que fueron calificados de chafas y tóxicos por el panismo.
El pasado martes, durante la sesión de la Comisión Permanente prevaleció la polarización y el encono. A veces se siente irrespirable el aire en nuestro Congreso mexicano. No hay diálogo y tampoco capacidad de corregir el trapicheo de este país. La calidad educativa es lo de menos cuando lo que sobran son los calificativos y la camorra.
Para empezar el presidente del Senado, el morenista Alejandro Armenta, tachó de nazis y fascistas a quienes no les gustan los nuevos libros. Así de extremo.
Luego la panista Kenia López dijo que la política educativa del gobierno López Obrador es chafa y un desperdicio de recursos, ya que sin pudor desperdiciaron el capital político que les dieron sus mentados 30 millones de votos para producir “esta basura de libros tóxicos”.
Con la tibieza que te brinda columpiarte en el partido bisagra, el diputado emecista Jorge Álvarez acusó a ambos bandos de pretender usar a los niños como botín político.
Para que la cuña apriete debe ser del mismo tronco, y la senadora del Partido Verde Graciela Gaitán dijo que ella sí le entiende a los nuevos libros, y como normalista de vocación así lo explicó.
“Yo, como maestra, tenía que leer un modelo educativo sin significados para un aprendizaje correcto de los niños y las niñas. No tenía sentido, esos niños cargaban hasta siete libros que les afectaba su salud y, ¿saben qué? El 70 % de los contenidos que traían no les servían para nada, porque no era lo mismo partir una naranja en treintavos que enseñarle a un alumno lo que era un cuarto, un medio o un tercio. Eso es más significativo (…) Esta educación está basada en resolución de problemas, genera mejor actitud hacia el aprendizaje, le da libertad a los niños y a las niñas que hagan su propio conocimiento, no que les digan a ellos, que les digan a ellos un enunciado sin significado, que le digan, por ejemplo, “el sol brilla de día”, en lugar que le digan cuál es la estrella que ustedes tienen ubicada en el espacio, que tenga más significado, cuál es la estrella más cercana a la tierra, un ejemplo, cuántas regiones tenemos en el país. Ahí van incluidas las matemáticas, y va incluido el español”, dijo Gaitán Díaz.
Válgame. Creo que no le entendí, maestra, ¿me repite la lección? Si me acerco más a la estrella, ¿quemará mucho el Sol?
“Honestamente es increíble que hoy se suban aquí a defender el trabajo chafa, el trabajo tóxico que han hecho con los libros de texto”, respondió la diputada panista Paulina Rubio, quien no cantó Ese Hombre Es Mío, -para mi decepción-.
Y en el paroxismo de las contradicciones, un senador que era de Morena dijo a sus excompañeros de bancada que claramente nunca habían leído El Capital o El 18 Brumario. Germán Martínez les pidió abrir un libro y constatar que en la elaboración de estos textos «los procedimientos se hicieron con las patas».
«Lo que les recomiendo es leer a Marx. Los que juntos iban a hacer historia deben leer El 18 Brumario de Luis Bonaparte y entender que la historia cuando no es tragedia es farsa. La 4T se ha convertido en una farsa (…) Yo prefiero estar del lado de Luis Hernández Navarro que de las pendejadas de la 4T, así de claro», dijo don Germán.
Al final, que reclamen los que tienen más derecho. No porque la educación sea gratuita, debe ser chafa. Y no porque hoy haya un Marx-ista en la SEP se debe arriesgar el futuro de las próximas generaciones de manera indolente.
«Hoy hacemos un llamado a los papás: lean los libros. Por favor, no nos crean ni le crean al gobierno. Lean los libros. Yo con mis ojos los vi. Por eso como una persona que se reconocer cuando algo está bien pero que levantó la voz cuando algo está mal les digo están pésimos porque tienen errores, porque promueven ideologías y adoctrinamientos, pero principalmente porque pierden la oportunidad de elevar a México al siguiente nivel”, lanzó el último reto el panista Damián Zepeda.
¿Y ustedes, a quién le van a creer?
Colofón
No me extraña que los legisladores de Morena salgan a respaldar todas y cada una de las ocurrencias de irresponsables funcionarios del gobierno federal. Al final tienen que justificar su proyecto político. Lo que enoja es que quieran convencernos del delicioso sabor de los sapos que tuvieron que tragarse a la fuerza.
Cománselas… Sus palabras, conste.