Esta semana el Congreso mexicano nuevamente nos dio nos regaló una sesión digna de antología. Les juro que tuve una relación de amor/odio con los diputados y senadores que este martes se enfrascaron en un pastoso debate, durante la discusión de la agenda política propuesta por Morena y sus aliados denominada ‘tráfico de influencias como forma de enriquecimiento’.
No era necesario tener más de dos dedos de frente o una perspicacia digna de los relatos de Arthur Conan Doyle para saber que los morenistas querían usar la tribuna de la Comisión Permanente para golpear políticamente a una de las aspirantes más aventajadas del Frente Amplio Por México.
Aún así los legisladores del PT y Morena se lanzaron con todo para denostar a Xóchtil Gálvez Ruiz al insinuar que, aún siendo legisladora, recibe negocios y contratos por cerca de mil 400 millones de pesos para sus empresas.
Los senadores de oposición respondieron que este gobierno solo ve el ojo en la paja ajena, pues «señalan la corrupción donde no la hay y callan como momias» cuando se trata del desfalco de 15 mil millones de pesos en SEGALMEX.
El panista Julen Rementería también evidenció los 190 mil millones de pesos en Dos Bocas; 180,000 millones de pesos en el tren Maya; así como contratos con Felipa Obrador por 365 millones; y otros 800 millones en contratos con la familia de Manuel Bartlett; y con el empresario farceutico Carlos Lomelí por 850 millones de pesos.
Fue entonces cuando el senador Gabriel García Hernández, otrora encargado de la distribución de los programas sociales, montó su circo justo al centro del salón de sesiones. Acomodó cuatro globos en hilerita, puso otro más grande a su siniestra y, con su con su aguja vengadora en mano, ponchó los globos con las caras de Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón, Claudio X González y Vicente Fox para finalmente arremeter contra un globo de dinosaurio verde con la leyenda High Tech Services.
“El pueblo de México va a ponchar esta botarga corrupta que tiene en sus garritas mil 400 millones de pesos. Ya los desenmascararon y ahí les va. Amigas, amigos, sonrían, ya triunfamos”.
Y con los ojos bien inyectados de frenesí y la mano levantando cuatro estirados dedos remató: ¡Y que viva la cuarta transformación!
Pero el panista Jorge Triana no se quedó atrás y acusó a los obradoristas de estar frustrados porque tienen miedo de “soltar sus contratos al amparo del gobierno y no soportan, no pueden con que una persona, una mujer con dos manos, con dos pies, una mujer sin el apoyo gubernamental, sin el apoyo del gobierno en turno, sin influyentismo y sin tráfico de influencias pueda salir adelante, eso les duele”.
Triana también estaba preparado pues mostró fotos de todos y cada uno de los protagonistas de los más escandalosos casos de corrupción y tráfico de influencias de este gobierno desfilaron las imágenes de Zoé Robledo, director del Seguro Social; Pío y Martín López Obrador, hermanos del Presidente; José María Riobóo y su esposa la ministra Yazmín Esquivel; Felipa Obrador; Carlos Lomelí; Manuel Bartlett; así como el caso de Segalmex y los 15 mil millones de pesos “donde no tocan al compadre del Presidente, Ignacio Ovalle”.
No conforme, el panista rebautizó al senador de los globos al llamarlo “El payaso Lastimita», porque «vino hace un momento aquí a romper globos con unas botargas y confeti y no sé qué, que fue el responsable del quebranto en el Fideicomiso de los demás, Fideicomiso por los demás, de Morena, que fue un fideicomiso que hicieron supuestamente para apoyar a los damnificados del sismo del año 2017, y se robaron el dinero, el fideicomiso era obra y construcción del payaso “Lastimita”.
«Entonces, miren, aquí lo que vinieron a dibujar inscribiendo este punto de acuerdo es, primero, una torpeza enorme porque se vinieron a disparar en el pie”, concluyó Triana.
Después el senador German Martínez recomendó al frente lopezobradorista, mejor elegir como su gallo a Marcelo Ebrard, porque -afirmó- “ese sí le va a dar una batalla a Xóchitl Gálvez”. Y también recomendó al Frente Opositor “que todos los candidatos declinen en favor de Xóchitl Gálvez ya, porque va a ser presidenta de México”.
Eso encendió nuevamente a García Hernández y le reclamó a Martínez la tradición de abandonar el barco guinda.
“Usted se sumó con toda la convicción y después se retiró, tenga respeto al Movimiento de Regeneración Nacional, que le dio cabida y que hoy usted en los hechos traiciona y se regresa al pasado de la manera más vil y vulgar. Es la característica de los traidores a la patria”.
Pero el michoacano no se arredró y en un desplante de telenovela le tronó los dedos: “Yo me retiré. A usted lo corrieron”.
Aquí ya los testigos estábamos entre risas y aplausos.
“Mire, continuó Martínez Cázares, aquí traigo una aguja, le va a hacer más que una aguja para ponchar a Xóchitl Gálvez”.
Gabriel García siguió con sus ademanes y en lo que Germán hablaba, él infló otro globo que después dejó volar y -como si fuera una coreografía bien planeada- llegó a las manos de Martínez, quien lo tomó y le dijo «Ahorita se lo doy a Triana y le digo que es de parte del “Payasito Lastimita”.
Estallaron las carcajadas en el salón de sesiones, espacio generalmente somnífero, y García Hernández se hundió en su escaño con el rostro encendido.
Y aunque ese martes no se atendió ningún asunto de relevancia para el país ni se resolvió ninguno de nuestros males, los legisladores nos regalaron dos horas de malsana diversión y muchas risas.
Fue uno de los espectáculos mas caros del mundo.
Tan tán.