La desaparición de la activista mixe Sandra Estefanía Domínguez Martínez ha conmocionado a Oaxaca. Tras 12 días sin rastro de su paradero, su familia, amigos, y colectivos feministas han alzado la voz, exigiendo que su búsqueda sea tratada como una prioridad estatal. La presión sobre el gobierno de Salomón Jara ha ido en aumento, y este miércoles se llevará a cabo una nueva protesta en las calles de Oaxaca para exigir resultados inmediatos.
Sandra, reconocida por su activismo en contra de la violencia de género, el machismo y la misoginia en Oaxaca, se había convertido en una de las voces más críticas del estado. Su lucha también sacó a la luz redes de corrupción y la difusión de pornografía que involucraban a funcionarios y políticos locales. Sin embargo, desde el pasado 4 de octubre, Sandra no ha sido vista ni escuchada. Su desaparición ha generado preocupación no solo por su vida, sino por el impacto de su trabajo en una región que sigue sufriendo altos niveles de violencia contra las mujeres, especialmente aquellas de origen indígena.
Un llamado a la acción estatal y federal
Ante la falta de avances en su localización, colectivos y familiares han dirigido sus reclamos al gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, pidiéndole que asuma personalmente el caso y movilice todos los recursos disponibles para su búsqueda. Además, han solicitado la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum, pidiendo que se pronuncie públicamente y ordene la colaboración de las fuerzas federales en la búsqueda de la activista.
«Sandra no desapareció sin más, no se la tragó la tierra», declaró Yessica Sánchez, directora del colectivo Consorcio Oaxaca, del cual Sandra era integrante. Sánchez subrayó que, en el contexto de un gobierno encabezado por una presidenta mujer, una desaparición como la de Sandra no puede ni debe pasar desapercibida.
Las alarmas se encienden
Sandra fue vista por última vez el 4 de octubre, dos días después de haber estado en la ciudad de Oaxaca con su familia. Su falta de comunicación inicial no generó alarma debido a los problemas de señal en la zona indígena donde residía, pero la situación cambió drásticamente cuando su camioneta fue encontrada abandonada en la frontera entre Oaxaca y Veracruz.
«Sandra suele estar en áreas donde la señal falla, pero todo cambió cuando un primo nos notificó que habían encontrado su camioneta abandonada,» explicó Joaquín Guzmán, abogado defensor y compañero de la activista. «Ahí fue cuando supimos que algo no estaba bien.»
Desde entonces, la búsqueda de Sandra ha sido lenta y plagada de obstáculos, lo que ha generado fuertes críticas hacia las autoridades. Los manifestantes exigen que no solo se intensifiquen los esfuerzos, sino que se tomen medidas preventivas para evitar más desapariciones de mujeres en la región.
Un eco de justicia
La desaparición de Sandra resuena con fuerza en un estado que ha sido escenario de numerosas desapariciones y feminicidios. Su caso no solo representa la lucha por una activista, sino por todas las mujeres indígenas y defensoras de derechos humanos que enfrentan el riesgo constante de violencia y represión.