Horas antes de que se cumplieran 43 años de su legendaria actuación en la Serie Mundial de 1981, el mundo del deporte recibió una triste noticia: Fernando Valenzuela, conocido como el «Toro», falleció en un hospital de Los Ángeles. Su muerte marca el fin de la vida del que es considerado el pelotero mexicano más influyente de todos los tiempos, cuya carrera catapultó a las Grandes Ligas y, en especial, a los Dodgers de Los Ángeles.
Valenzuela, recordado por su inolvidable victoria en el Juego 3 de la Serie Mundial de 1981 contra los Yankees de Nueva York, se convirtió en una figura icónica del béisbol. Con solo 20 años, el joven pitcher había sido una revelación durante toda la temporada, ganando tanto el premio Cy Young de la Liga Nacional como el galardón de Novato del Año. En aquel histórico partido, cuando los Dodgers enfrentaban un panorama complicado tras perder los dos primeros encuentros de la serie, Valenzuela se subió al montículo del Dodger Stadium con una única misión: mantener con vida a su equipo.
A pesar de un comienzo titubeante, donde permitió cuatro carreras y nueve imparables, Valenzuela se recuperó gracias a un cambio clave. Tom Lasorda, entonces manager de los Dodgers, sustituyó al catcher Steve Yeager por Mike Scioscia, lo que permitió una mejor comunicación, ya que Scioscia hablaba español. Esto le dio al «Toro» la calma necesaria para controlar el partido.
En un esfuerzo que hoy parece impensable, Valenzuela lanzó 149 pitcheos y enfrentó a 40 bateadores, pero Lasorda decidió no relevarlo. Finalmente, Valenzuela cerró el juego con un ponche, desatando la euforia de los más de 50 mil espectadores en el estadio. Los Dodgers ganaron 5-4 y, con ese impulso, lograron remontar la serie y coronarse campeones en el Yankee Stadium.
El fallecimiento de Fernando Valenzuela llega en vísperas de este memorable aniversario, dejando un vacío en el mundo del béisbol, pero también un legado inigualable que sigue vivo en cada fanático que presenció su magia sobre el diamante.
