Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, ha salido este lunes de la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en Londres y ha abandonado Reino Unido después de llegar a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos que le permite evitar la extradición a este último país.
Según documentos judiciales revelados, Assange se declarará culpable de un delito de espionaje ante una corte de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico, aceptando una pena de 62 meses de cárcel.
La cadena CBS, citando fuentes del Departamento de Justicia de EE.UU., informó que Assange no quedará bajo custodia estadounidense debido a que se le acreditará el tiempo que ha estado encarcelado en Reino Unido. Está previsto que regrese a Australia, su país de origen.
El activista de 52 años, conocido por la filtración masiva en 2010 de documentos gubernamentales confidenciales a través de WikiLeaks, llevaba cinco años en prisión en Reino Unido, luchando contra la extradición a EE.UU., donde enfrentaba múltiples cargos por espionaje relacionados con dicha filtración.
WikiLeaks anunció la liberación de Assange en un comunicado: «Julian Assange es libre. Salió de la prisión de Belmarsh esta mañana después de 1,901 días. El Tribunal Superior de Londres concedió la libertad bajo fianza y fue liberado en el aeropuerto de Stansted por la tarde, donde abordó un vuelo fuera del Reino Unido».
Un video compartido por WikiLeaks muestra a Assange vestido con jeans y una camisa azul siendo escoltado hacia el aeropuerto de Stansted antes de su partida. La BBC no ha podido verificar de forma independiente la autenticidad del video.
Su esposa, Stella Assange, expresó su gratitud a los seguidores del activista: «Agradezco a todos los que han apoyado durante años para que esto se hiciera realidad».
Assange, que ha argumentado motivaciones políticas detrás del caso en su contra, ha sido una figura controvertida desde que buscó refugio en la embajada de Ecuador en Londres en 2012 para evitar ser extraditado a Suecia por acusaciones de agresión sexual, que él niega, alegando que eran una táctica para su posterior extradición a EE.UU.
El presidente estadounidense Joe Biden había indicado en abril que consideraría retirar los cargos contra Assange, una decisión que sigue siendo objeto de debate y controversia en el ámbito internacional.
El camino legal de Assange ha sido largo y complicado, marcado por años de encarcelamiento y disputas legales sobre su extradición y derechos humanos.
Su liberación marca un nuevo capítulo en la saga de uno de los informantes más influyentes del siglo XXI, cuya situación ha dividido opiniones sobre la libertad de prensa y los límites del activismo digital en la era moderna.
