Los manuales de campañas electorales lo recomiendan, los asesores lo exigen, los propios candidatos y todos aquellos simpatizantes de una determinada postulación, sostienen el discurso de que van a ganar.
Incluso hasta candidatas y candidatos que, en términos reales, estadísticamente hablando, no tienen ninguna posibilidad en las urnas de remontar la diferencia contra sus adversarios, sufren algo que he denominado “el síndrome del candidato”, mismo que consiste en afirmar, y creer, que susmítines, su estrategia, la propaganda, sus propuestas y demáslograrán que el día de la votación algo suceda con la decisión de voto de los electores y saldrán victoriosos. Eso, nunca, pero nunca sucede.
Sin embargo, entre quienes sí pudieran lograr las preferencias electorales a su favor, el cuidado y la precisión sobre la confianza en que habrán de ganar, resulta fundamental. En las elecciones más recientes, desde las del año 2000 para acá, han tratado de utilizar las encuestas preelectorales como medio de propaganda para generar una narrativa de triunfo ya cantado, ya como cuestión de tiempo. Y cuando la realidad no coincide con lo que se publicita, una vez más queda claro que la promoción de resultados falsos o falseados no tiene efectos en el ánimo de los electores y terminan ganando quienes sí tenían las preferencias a su favor.
Ejemplos al respecto, sobran. Ahí tiene usted las que se publicaron en el año 2012 que daban la victoria al gobierno estatal al candidato del PRI en Morelos, cuando las encuestas que no estaban cuchareadas lo asignaban al PRD, lo que finalmente terminó sucediendo. Caso similar, con las encuestas que en 2018 otorgaban el triunfo al candidato del PAN, estando eso fuera de toda realidad y quedando demostrado con la aplastante votación a favor de López Obrador.
En las elecciones de este año, como nunca, han sido publicadas encuestas que, de entrada, muestran diferencias muy difíciles de creer, pues entre unas y otras llega a haber hasta cincuenta puntos porcentuales de diferencia en sus resultados, situación ilógica si consideramos que sus cálculos de margen de error no son mayores al 4.9%, en cada una.
Pero eso no es todo. Han aparecido encuestadoras de la nada, que solamente las encuentra uno en las redes sociales, carecen de una metodología al menos mínimamente sólida y,cuando se las ve resulta notorio que no son información, sino propaganda, pensada para influir en los posibles electores.
Y todavía más. Un fenómeno que deberá ser objeto de estudio para los especialistas en los estudios demoscópicos, no para los encuestadores, digamos, puramente comercialeso partidarios, sino para los académicos, que son quienes pueden hacer análisis a profundidad y con toda seriedad. Cada vez más se menciona a este fenómeno como “el voto oculto”. Es decir, una importante proporción de electores que se niegan a decir la verdad acerca de sus preferencias electorales, al ser entrevistados por encuestadoras profesionales.
Algo sucede con el ánimo de los electores y no solamente en México. Vale la pena investigarlo, para poder corregir, adaptar y mejorar las metodologías y técnicas de investigación, porque si no, las encuestas dejarán de ser un referente válido y se corre el riesgo de que se conviertan en elementos que generen más confusión que certezas en los procesos electorales.
Y para iniciados:
Al menos hasta el momento, Ulises Bravo Molina, el hermano del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, no fue incluido en la esperada candidatura plurinominal al Congreso de Morelos. Todavía podría haber cambios en las listas registradas ante el Impepac. Sin embargo, no parece posible que fuera incluido Ulises, pues la propia noticia de que no aparecía en la lista ya representó un beneficio para la candidatura de Margarita González Saravia. Son puntos negativos con los que ya no tendrá que cargar y la confirmación de que tiene las riendas de su campaña. A la candidata presidencial le corresponde la coordinación con los candidatos del orden federal y a la candidata al gobierno del estado, ayuntamientos y diputaciones. No, a los que ya se van.
Le debo para mañana el análisis sobre el siguiente partido político con registro local, el Partido Encuentro Social.
La información es PODER!!!