Las contradicciones de Sheinbaum

By Redacción Lo Más Mx 4 Min Read

Ni la pobreza franciscana ni las leyes serán obstáculos para Claudia Sheinbaum Pardo, actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en la búsqueda de su candidatura, por Morena, a la Presidencia de la República.

Muestra de ello son sus continuos viajes, acompañando o no al presidente, Andrés Manuel López Obrador, reiteradamente negando que constituyan actos anticipados de campaña, pero que en realidad sí lo son, sean denunciados y sancionados o no.

Recibe y suma apoyos políticos y partidarios, al tiempo de avanzar en la construcción de estructuras y acuerdos locales.

Si las violaciones a la ley electoral, tanto las ya cometidas como las que se acumulen son suficientes como para que fuera castigada con la pérdida de la postulación en el 2024 es una historia a la que falta tiempo para saber su desenlace.

Hoy, por hoy, seguirá llevando a cabo encuentros y diálogos, que serán presentados como todo, menos como lo que son: actos de precampaña.

La contratación del catalán, Antoni Gutiérrez-Rubí, en la administración pública de la capital del país, fue presentada por Sheinbaum como una colaboración muy especial, que no es para campaña, porque no están en campaña, sino para comunicación digital, que consistirá en la impartición de cursos y asesorías, ¡ah!, y que cobrará poco, sólo por aproximadamente siete meses.

La empresa de consultoría de Gutiérrez-Rubí tiene sede en Barcelona, España, y presta servicios de comunicación y asesoría, basándose en lo que él denomina “tecnopolítica”, junto con la colaboración con especialistas e instituciones dedicadas a diversas áreas de la comunicación estratégica.

Ha colaborado en diferentes medios de comunicación, en su país y en el extranjero. Entre sus clientes se cuenta al recién ganador de la presidencia de Colombia, Gustavo Petro, el izquierdista español, Alfredo Pérez Ruvalcaba, el derechista, Manuel Moreno Bonilla, de Andalucía, y en Argentina, Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y el actual ministro de energía, Sergio Tomás Massa.

Todo esto no me extraña ni sorprende, pues en repetidas ocasiones he sostenido que la profesionalización de la política debe ir acompañada de la asesoría de especialistas que, como cualquier otro profesionista, sea un abogado, un médico, un arquitecto, un ingeniero… en fin, cobra por sus servicios.

En este sentido, el colega Antoni Gutiérrez-Rubí es un profesional que merece ser reconocido por ello.

El problema estriba en la contradicción, en el doble discurso: por un lado, hablan de pobreza franciscana y, por otro, contratan a un extranjero, cuyos viáticos y emolumentos no serán tan pequeños como quieren hacerlo creer.

Dicen que nada por encima de la ley, pero se olvidan de que, según la ley, deberían dar preferencia a los mexicanos que puedan desempeñar un determinado trabajo y claro que los hay en nuestro país.

Argumentan que no se trata de contratar para asesorar la campaña, cuando en lo que está haciendo Sheinbaum es una campaña, velada, como las otras corcholatas, pero es una campaña.

Fuera máscaras, diría López Obrador, mejor que nos digan la verdad y punto. ¿No lo cree usted?

Y para iniciados

Así como es arriba es abajo. Si las corcholatas de AMLO están muy movidas, las fichas en Morelos también. Los del equipo de Cuauhtémoc incrementando su presencia en compañía del mandatario y, los otros, apresurados para no perder el control de su partido, Morena.

Ulises Bravo sumando a su causa y Rabindranath Salazar mucho más activo en tierras tlahuicas. Puede ser que el próximo domingo sepamos de qué lado se inclinará la balanza.

La información es PODER!!!

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