A una década de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la Ciudad de México fue escenario de protestas masivas exigiendo verdad y justicia. El contingente, conformado por familiares, estudiantes y colectivos, comenzó su marcha a las 16:00 horas desde el Ángel de la Independencia, recorriendo Paseo de la Reforma y culminando en el Zócalo capitalino.
Los padres y madres de los normalistas desaparecidos reiteraron su compromiso de seguir luchando por el esclarecimiento del caso. «Gobierne quien gobierne, seguiremos levantando la voz hasta saber la verdad», expresaron al llegar al Zócalo, donde realizaron un mitin frente a miles de asistentes.
Marcha pacífica con tensiones aisladas
Según las autoridades de la Secretaría de Gobierno y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), la manifestación reunió a más de 10 mil personas y transcurrió en su mayoría de manera pacífica. Sin embargo, un grupo minoritario de alrededor de 100 personas, encapuchadas y desvinculadas de la organización oficial de la marcha, realizó actos vandálicos durante el recorrido. Estos manifestantes pintaron grafitis y dañaron mobiliario urbano del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro y del Metrobús.
Al llegar al Palacio Nacional, integrantes de este grupo también prendieron fuego a las vallas metálicas que protegen el recinto, aunque no hubo enfrentamientos directos, pues las autoridades decidieron no desplegar personal de seguridad en las inmediaciones del palacio.
«Traición a la causa»: Críticas al gobierno actual
Doña Hilda, madre de uno de los normalistas desaparecidos, criticó fuertemente al presidente Andrés Manuel López Obrador, acusándolo de «traicionar la confianza» de los familiares al no avanzar en las investigaciones y proteger al Ejército, una de las instituciones señaladas en el caso. «AMLO pasará como cómplice de las mismas personas que desaparecieron a nuestros hijos», sentenció durante el mitin.
A pesar de la decepción hacia las autoridades actuales, las familias de los 43 normalistas desaparecidos reiteraron su compromiso inquebrantable con la causa, asegurando que no descansarán hasta obtener respuestas y justicia para sus hijos.
