Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México, se ha convertido en una de las figuras más visibles en el ámbito político, y no precisamente por elección propia. En un momento crítico para el Poder Judicial, su postura ante la reciente reforma judicial impulsada por el partido Morena y sus aliados ha generado controversia y profundas divisiones.
A solo semanas de que el presidente Andrés Manuel López Obrador entregue el poder a Claudia Sheinbaum, el Congreso aprobó una reforma que modifica la estructura del Poder Judicial. La reforma, que reduce el mandato de los magistrados y propone la elección popular de jueces, ha sido vista por muchos como un ataque a la independencia judicial.
Morena sostiene que la reforma democratiza el sistema judicial al acercar la justicia a la ciudadanía, argumentando que el Poder Judicial es corrupto y desconectado de la realidad de la gente común. Sin embargo, Piña y un amplio sector de la sociedad, incluyendo la oposición y organizaciones de abogados, ven en esta medida un grave riesgo para la imparcialidad del sistema.
“La elección de jueces no puede ser tratada como un concurso popular”, señaló Piña durante una entrevista reciente. “Un juez debe ser elegido por su capacidad y especialización, no por popularidad. Esto solo debilitará la impartición de justicia en el país”.
La reforma no solo ha generado tensiones políticas, sino que también ha tenido un impacto tangible en la economía mexicana. El peso se ha devaluado en las últimas semanas, y expertos atribuyen parte de esa caída a la incertidumbre jurídica que la reforma ha provocado. Además, el gremio judicial ha respondido con paros y manifestaciones, lo que solo ha escalado el conflicto.
El 70% de los mexicanos apoya el proyecto político de López Obrador, pero el debate sobre la reforma judicial ha sembrado dudas. Los críticos temen que esta medida sea más una estrategia para consolidar el poder que una verdadera mejora al sistema judicial.
Con la próxima administración de Sheinbaum a la vuelta de la esquina, la pregunta es qué sucederá con la implementación de esta reforma. Piña ha sido clara en su postura: «Si seguimos adelante con esta propuesta, lo que estamos haciendo es debilitar la separación de poderes en México». La presidenta de la SCJN ha pedido un diálogo más profundo y la revisión de los verdaderos problemas estructurales que enfrenta la justicia en el país, desde las bases del sistema.
Norma Piña: La Presidenta de la Suprema Corte en la Mira tras la Reforma Judicial
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