Por Marcos Pineda
Morena y sus aliados del PT y el PVEM hicieron gala de revanchismo, oídos sordos e imposición al aprobar, en lo general, el presupuesto de egresos de la Federación (PEF) para el 2022. Con ello, meterán en problemas al INE y al Poder Judicial, con posibles consecuencias incluso para el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
Como su nombre lo indica, el PEF supone los recursos que serán destinados a las diferentes instituciones gubernamentales, tanto las que dependen de los tres Poderes de la Unión, como a los organismos autónomos y a las entidades federativas. El proceso para la aprobación es el siguiente: cada institución envía su proyecto de egresos, el Poder Ejecutivo las concentra y remite un proyecto conjunto. Como la modificación, en su caso, y aprobación del presupuesto es una facultad exclusiva de la Cámara de Diputados, no pasa al Senado, pero sí puede ser impugnado ante la Suprema Corte, ya sea en su totalidad, o en alguna de sus partes.
Lo ya consumado el día de ayer es que el presupuesto de egresos se aprobó en lo general, desechando las reasignaciones propuestas por la oposición y dejando 1,994 reservas que comenzarán a discutirse el día de hoy y parece que, en su inmensa mayoría, correrán el mismo destino de aprobarse con los votos de Morena, PVEM y PT.
Suena a revanchismo contra el INE y la SCJN, pues al primero le recortaron casi cinco mil millones de pesos y a la segunda 3 mil millones. También los diputados se recortaron presupuesto a ellos mismos, pero solamente 150 millones. Eso sí, dejaron intactos los recursos que recibirán los partidos políticos, aumentaron ocho mil millones a los proyectos del presidente y en términos reales, el aumento del presupuesto con respecto al 2021 es de 4.7%.
Al INE lo meterán en problemas para llevar a cabo la consulta popular de revocación del mandato y a la Corte para continuar el proceso de reforma laboral a que se comprometió México con sus socios comerciales en el T-MEC. No faltará el idiota que diga que deberían quitar recursos a los partidos o hacer ahorros en otras áreas, e igual para la Suprema Corte. Pero eso no funciona así. Lo más que pueden hacer tanto el INE como la Suprema es despedir empleados y ahorrar en insumos y gasto corriente, con la consecuencia de asignar más funciones a quienes se queden, porque lo demás está normado por la ley o perjudicaría sensiblemente los servicios que prestan, que de por sí ya son bastante deficientes.
Los 274 legisladores morenistas, verdes y petistas no escucharon razones. Quedaron bien con su jefe, el presidente, al no moverle ni una coma al presupuesto, tal como sucedía en la época del PRI. La oposición pretendía reasignar 380 mil millones de pesos y construir un acuerdo parlamentario que respetara a las minorías. Peo no fue así. Al Congreso llegó la orden desde arriba: lo aprueban ya y lo aprobaron en el acto.
Ya se le advirtió mucho al presidente y a los legisladores cuatritransformadores que se han venido equivocando, pero uno y otros siguen haciendo gala de oídos sordos.
Y para iniciados
En el Congreso de Morelos no parece que podamos esperar mucho sobre el tema del presupuesto local para el año que viene. Es un asunto de carácter técnico y económico. Los argumentos de tipo político o ideológico, sobre si es un presupuesto de carácter social, incluyente, responsable y demás, son puras paparruchas. Ojalá que permitieran la participación de especialistas y tomen en cuenta la opinión de quienes sí saben y no sólo los argumentos de los ineficientes funcionarios con que cuenta el gobierno estatal.
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