Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, fortalecieron sus lazos como un ejemplo de estabilidad en un mundo que enfrenta tiempos turbulentos.
Putin, en su primer viaje al exterior después de asumir su quinto mandato, eligió Beijing como destino, subrayando la importancia de China como socio estratégico para Rusia. Xi Jinping correspondió al gesto con una cálida recepción, incluyendo una alfombra roja y un despliegue militar afuera del Gran Salón del Pueblo.
Durante su encuentro, ambos líderes y sus delegaciones discutieron sobre intereses comunes para fortalecer sus economías, especialmente en un contexto de recuperación tras la pandemia de COVID-19. También reforzaron los intercambios comerciales, energéticos y culturales, en preparación para el 75 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Las agencias de noticias de Rusia y China destacaron el apoyo estratégico mutuo, presentándose como una fuerza estabilizadora en la región y el mundo, en medio de un panorama geopolítico multipolar y en evolución.
Durante el proceso, ambas naciones firmaron un acuerdo para intensificar la cooperación bilateral y promover la justicia, la democracia y la estabilidad, sin mencionar explícitamente a ningún gobierno, pero destacando las coincidencias en asuntos como Taiwán y Corea del Norte.