La renuncia de los seis integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en protesta por las amenazas y calumnias, así como la negativa de la presidenta Rosario Piedra a acatar las resoluciones, pone de manifiesto una situación preocupante en relación con el funcionamiento de la CNDH.
La decisión de renunciar demuestra la falta de diálogo y colaboración efectiva en la protección de los derechos humanos. La independencia y el funcionamiento autónomo de la CNDH son fundamentales para su misión de defensa de los derechos humanos.
La renuncia de estos consejeros destaca la necesidad de abordar los problemas institucionales y de liderazgo dentro de la CNDH para garantizar la eficacia y la integridad de su labor en la protección de los derechos humanos en México.