Poco antes de las 3.00 de la tarde de Brasil, miles de manifestantes simpatizantes de Jair Bolsonaro se reunieron sobre la Explanada de los Ministerios, en el centro de Brasilia, e irrumpieron los edificios del Congreso, el Poder Ejecutivo y la Corte Suprema.
Los partidarios de Bolsonaro piden una intervención militar y la renuncia de Luiz Inácio Lula da Silva, más conocido como Lula, quien derrotó a su rival de extrema derecha en las elecciones de octubre.
Después de varias horas las fuerzas de seguridad consiguieron recuperar el control de las sedes del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil.
La presidenta de la Corte Suprema, Rosa Weber, afirmó que trabajará para que los «terroristas» que entraron de forma violenta en los edificios de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en Brasilia, sean «debidamente juzgados y ejemplarmente castigados».